El adiestrador de mandriles.

El adiestrador de mandriles.
Diseño de imagen: Manolo García.

jueves, 27 de septiembre de 2012

ECHÉ A VOLAR PREMATURAMENTE.





- Eché a volar prematuramente, sin haberme preparado antes, y salté confiado al vacío enorme respondiendo a la llamada que ansiaba, que llegó como una corriente cálida abriendo mis alas para impulsarme con fuerza hacia arriba. Una llamada al imperio de mis deseos que reclamaba al ser auténtico y vital que ya luchaba en mi interior para realizarse.

Remonté entonces el vuelo y ascendí sobre todo lo que dejaría atrás y que amaba porque era feliz. 
Después planeé, jugando con el viento sobre cada sitio y rincón que todavía acogía mi existencia incipiente, escenario de mis recuerdos recientes y de mis ilusiones. Para despedirme, para agradecer a todas las cosas y a todos los seres el haberme aceptado y protegido.
Y juré que regresaría un día siendo otro, que respiraría de nuevo el oxigeno puro, dulce, expandiéndose en los pulmones hasta dilatar mis fosas nasales haciendo doloroso su paso. 








- Y volé lejos, en pos de mis sueños de niño, buscando el ser que deseaba y que había ensayado en mis juegos tantas veces. Aquel que era capaz de mutar de personaje sin dejar de ser el mismo, pues estaba hecho de una pieza y era indestructible.
Pero mis alas fueron cortadas cuando pisé el suelo, donde confundido y engañado, fui enjaulado para entregar mis sueños a una nueva realidad en la cuál yo no era importante, en la que nunca sería su protagonista; donde el yo que pretendía quedaría diluido con cientos de yoes enjaulados.

  


- Sería largo mi desengaño, tanto como mi ilusión defraudada, que se resistía a las reglas que atan la personalidad para retener al espíritu que sólo pretende mostrarse totalmente libre, sin corsés que dificulten su desarrollo.

Me estrellé una y otra vez contra la alambrada antes de reconocer que nunca saldría por mi voluntad si abandonaba mi ser por ello, y preferí morir intentando volar de nuevo que vivir como otros me imponían.


























- Inicié entonces la lucha agitando mis alas hasta conseguir que otros también lo hicieran, invitándolos a la sedición, a la rebelión permanente contra el sistema que consideraba injusto, que esclavizaba los cuerpos para dominar a las mentes. Mas pocos fueron los que se atrevieron a seguirme y esos pocos urdieron la traición contra mí, pues el miedo venció a su voluntad y no quisieron entregarse al sacrificio necesario.







- Fui apartado y expulsado finalmente, con las alas rotas y el corazón partido por el desengaño de las ilusiones robadas. No era ya la pequeña ave que un día partió para crecer, ser grande y regresar cargado con más ilusiones y retos; era un pájaro demasiado maduro para su edad, pero aún muy joven para ser independiente. Regresaría a duras penas, con las alas rotas y el cuerpo dolorido al viejo nido que me vio partir, con el mismo equipaje y las mismas manos vacías.











miércoles, 19 de septiembre de 2012

SÓLO SE POSEE LO QUE SE NOS DA DE CORAZÓN.




- La causa de mi pena es haber perdido lo que encontré en el camino; aquello que cargué hasta aquí con tanto esfuerzo y que sentí mio porque pagaba por ello. Ahora no puedo más y debo cortar la cuerda que me ata a tan pesado lastre - del cuál pende mi destino -, para no verme arrastrado al precipicio que vislumbro cerca, aparentemente inevitable.








- ¿ Daré marcha atrás; desandaré lo andado para volver a empezar?
¿ Para qué gasté entonces tantas fuerzas; para qué tanto derroche de ilusión?
¿ Dónde quedaron mis ambiciones; sepultadas bajo la losa del "querer y no poder", "del ser y no ser", de la deuda que no se puede pagar?









- Todo aquello por lo que tenemos que pagar no nos pertenece. De ahí que sea siempre mejor no poseer, ya que nacemos desnudos - se reveló el sentir -. La ambición de poseer del ser humano es lo que retrasa su evolución; nada en este mundo puede ser nuestro totalmente y por mucho tiempo, pues somos caducos a él como también lo son el resto de los seres, de las cosas.


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- Quizás tu pesar no se deba a lo que has perdido y a lo que perderás, sino al vacío que deja el haberse equivocado. Pero no estés triste, pues ahora has aprendido que sólo se posee lo que se nos da de corazón, como las caricias al nacer. Que vivimos de la caridad del resto de los seres y que no nacemos para coger, sino para dar lo mejor de nosotros mismos mientras nos desgastamos con el resto de las cosas, naturalmente.





- Que no te derrote el desengaño por las fuerzas derrochadas en tu ilusión materialista, pues aún queda lo mejor de ti para donarlo a la vida, para darlo a los demás mientras tomas de ellos su parte, aquello que te darán y que no tendrás que pagar.
Nada vuelve atrás, como tampoco podemos repetir nuestro pasado. El paso que darás será enorme y adelante si tu quieres. Porque querer es poder, no lo olvides: quisiste lo imposible y lo conseguiste por un tiempo.
¿Cuantos tiempos has vivido?
¿Cuantos más vivirás?
¿Estás seguro? Ponte en marcha entonces, ahora que por fin has aprendido.