El adiestrador de mandriles.

El adiestrador de mandriles.
Diseño de imagen: Manolo García.

viernes, 28 de agosto de 2015

LA ESCLAVITUD OCULTA.







-No encuentro al ser humano libre, sino esclavo de sí mismo - dijeron las palabras -; amarrado con cadenas invisibles que dificultan su progreso. No colabora, no comparte, sino que intercambia; aún sigue vendiendo su esfuerzo a otros iguales para sobrevivir. 

Olvida que nació desnudo, del todo necesitado, llorando de manera desgarrada como muestra de rechazo a un medio hostil para el que no estaba preparado. Y que todo le fue dado, por lo que debería entregar su valor sin contrapartida a la existencia de los demás.

Y el sentir se reveló:

-El reparto del esfuerzo necesario del individuo a la colectividad, que lo acoge y le da sentido, ha estado y estará siempre en la base de la organización social. Pero hasta ahora el ser humano considera su esfuerzo a la sostenibilidad de la sociedad como un castigo por haber nacido desnudo, sin más propiedad que la piel que contiene su ser; asumiendo de antemano haber contraído una deuda por la que deberá pagar mientras dure su existencia. Con esta conciencia, el reparto del esfuerzo se vuelve malicioso por interesado y la contribución individual se convierte en trabajo, algo obligado y penoso para la mayoría, que sólo encuentra en él la forma de subsistir, pues limita su libertad y con ella su capacidad innata de creatividad.

La especie humana es creativa, en ello se destaca por encima de las demás. Su capacidad para crear la aporta su esencia, compuesta básicamente de libertad, y en la libertad para crear encuentra su máxima expresión. Pero los individuos no son formados para descubrir sus verdaderas cualidades creativas, sino para sostener el sistema de sociedad impuesto, que destina los esfuerzos individuales a la obtención de recursos para su mantenimiento, primando al sistema frente a los individuos que le dan forma; sin tener en cuenta sus particularidades creativas. Esto los empuja a actividades para las que no están mejor preparados y que cualquier otro puede realizar, y los convierte en seres sustituibles, incapaces de realización personal plena e infelices por ello.
Los seres humanos son esclavos de su tiempo, al cual ponen precio como medida de intercambio cerrando las puertas a cualquier tipo de colaboración, a cualquier modo de compartir que no sea estrictamente familiar, lo que reduce las posibilidades de progreso y realización individual y social.
En una civilización donde las herramientas humanas pueden realizar el esfuerzo de mantenimiento del sistema, se necesita primar por encima de éste a las individualidades, para que sus contribuciones al modelo social sean libres y voluntarias, conscientes de que sus particularidades son conexiones imprescindibles en un tejido social sano, que evoluciona dando respuestas positivas a las aspiraciones de su especie.





domingo, 16 de agosto de 2015

INSUMISIÓN.









Y el sentir se reveló:


-Existe un tiempo de insumisión necesario frente a la tiranía del poder vaciado en sí mismo y corrupto, víctima de sus excesos; que se alza por encima de las voluntades apoyado en el engaño del miedo, en secreta connivencia con el chantaje y la coacción, y que sabedor de su papel imprescindible en la organización social, se aferra a su razón camuflado de falsa moralidad y legalidad dudosa.


Existe un tiempo para decir no a la injusticia social generada por su orden, despiadado con quienes suponen su sentido y razón, que son todas las individualidades que conforman la colectividad que dirige, a quienes se debe y representa.

Insumisión frente a sus leyes falsas, que se basan en el reparto de la riqueza adquirida, no en el cálculo de las necesidades reales, lo cual conduce a los seres humanos a sus instintos más perniciosos y los enfrenta en lucha por la posesión de las cosas, por los recursos que todos necesitan para la subsistencia.

Insumisión frente a su concepción del debe y del haber, que los encadena con una cuenta sin fin, donde, concebido todo cuantitativamente, los números elementales sólo son necesarios para hacer mas grandes a otros mayores.

Insumisión frente al lenguaje engañoso y manipulador de la publicidad y la propaganda, que sólo sirven a intereses bastardos de una élite dominante, especuladora y voraz, intransigente con las necesidades de los más necesitados.

Insumisión frente a la prepotencia de la cultura de la desinformación, que todo lo cuestiona para hacer esclavos a los seres humanos de sus dudas y conducirlos por la única senda que se les ofrece:  la sumisión.







miércoles, 5 de agosto de 2015

LA MEJOR ENSEÑANZA.





-La mejor enseñanza es la que nunca se olvida - se dijo -. No perdura la enseñanza que no se experimenta.

Durante mucho tiempo estuvo preparándose, apartado de todo lo que no formaba parte de su aprendizaje para encontrar en sí mismo la verdad que contienen todas las cosas, todos los seres; hasta admitir en su fuero interno que el suyo era como los otros, un destino pre-determinado que debía cumplirse.
Sabía que la experimentación filosófica no consiste en un juego de artificios, sino que es el reflejo de la voluntad del ser sobre la realidad. Para trasmitir lo revelado es necesario creer con fuerza en lo que se hace, y no se consigue sin compromiso, sin entrega; si no se vive con la pasión necesaria, aquella que deja huella imborrable en los demás.
Y necesitaba de los demás para que su filosofía se hiciese definitiva y real. Sin los demás, la suya carecía de sentido, pues era a otros a quien buscaba, eran otros los que la harían posible.

-No existen preguntas sin respuestas - afirmaba -. Las preguntas son destellos de verdades no descubiertas aún. 
Los hombres viven esclavos de las respuestas, angustiados por las preguntas que desafían sus mentes y cierran sus corazones, y yo tengo la llave que abre todas las certezas.

- No morirá en mí la verdad que contengo, y para ello será necesario que otros repitan mi destino - pensó-. Sólo he de cumplirlo. Mi vida y mi tiempo están sellados, pues he venido a traer la división de las conciencias dormidas a la sombra de lo establecido y caduco, y no sobreviviré a sus contradicciones.

Y buscó quien siguiera sus pasos para "crecer y reproducirse", como toda continuidad de vida requiere para perpetuarse.