El adiestrador de mandriles.

El adiestrador de mandriles.
Diseño de imagen: Manolo García.

martes, 31 de julio de 2012

AFIRMACIÓN Y DUDA.




- ¿ Sería mejor nuestra existencia si tuviéramos la certeza de que existe un creador; si pudiésemos afirmar que nuestras vidas están destinadas a cumplir su misión en un mundo imaginado mucho antes de su creación?
¿Es posible que sea la duda, precisamente, quien mantenga el existir de los hombres sin revelarse contra lo que ya saben, que sus vidas tienen fecha de caducidad aunque no venga en el envase, y que su final es seguro por mucho que no puedan concretar el momento?

Salieron al aire las palabras buscando motivar otra respuesta, pero ésta se encontraba en ellas mismas y en el aire se disolvieron; en el murmullo de la multitud de seres que empezaban también a callar después de otro día bullicioso, completo de actividad como todos, actividad obligada para sobrevivir.




Se contuvo el sentimiento también intentando fundirse con las primeras sombras; para no ser detectado, para que las palabras volvieran a surgir mostrando sus dudas y afirmaciones revelándose contra el silencio mortecino del atardecer que anunciaba la noche, donde todo pierde su color.



- ¿Nos revelaríamos, de poder afirmar que hemos sido creados para morir después de cumplir nuestra misión, para disolvernos en la nada como pura materia que se recicla? ¿Será tal vez la duda, quien nos protege de nuestra locura?

¿Por qué callan las criaturas todas cuando el hombre alza su voz? ¿Por qué se esconden a su paso? ¿Acaso es el hombre el único ser que se permite dudar sobre su procedencia y destino? Si es así, ¿qué razón le asiste para pensar que puede cambiar el orden de las cosas y ser inmortal a este mundo?



viernes, 20 de julio de 2012

NACEMOS DE UN SENTIMIENTO.




- Oí, de quien menos lo esperaba, algo que sabía sin haber aprendido y para cuya definición no encontraba palabras. Mas de sus labios salieron poderosas, como un torrente de agua pura y vivificante surgiendo de la roca, y vertieron sobre mi espíritu un caudal de comprensión que lo inundó de paz; una paz transportadora de la felicidad que nunca desaparece del todo:  

-"Nacemos de un sentimiento".




- ¿Cómo entenderemos la materia que nos rodea, de la que tomamos forma, sin admitir lo que sin ver sentimos, aquello que nos atrae sin saber porqué?
¿Reconoceríamos la luz que nos conduce, si no existieran las sombras que atraviesa hasta llegar a nosotros?

El amor es el quinto elemento, la esencia vital que permite la interacción de los otros posibilitando y perpetuando la existencia, pero sólo desde una perspectiva metafísica puede ser definido, que no demostrado.



- Negamos, lo que no vemos por ser demasiado grande, impidiendo su definición. Pero tanto en lo más grande, como en lo por pequeño invisible a nuestros ojos, una fuerza nos atrae a su comprensión. Y así ponemos nuestro esfuerzo en unir las piezas sueltas que vamos encontrando, intentando completar el puzle que les de sentido, a sabiendas de que nuestra perspectiva es demasiado plana todavía para empezar a distinguir la forma que adoptan.





- Todo es incompleto y carece de sentido en su individualidad, por ello forma parte de lo absoluto, de aquello que no se puede comprender y por lo que seguimos buscando. Pero nada hay que no se haya realizado aún y que jamás vuelva a repetirse; sólo espera ser descubierto por nosotros para mutar y reproducirse infinitamente.




- ¿Quién, sino el arquitecto que la ha concebido, puede reconocer su obra por una sola esquina, por una sola roca puesta sobre la otra, y percibirla en su conjunto viendo un sólo elemento de su estructura?

miércoles, 11 de julio de 2012

CONOCIMIENTO Y FE.



¿Qué es más fuerte y perdura en nosotros? - Preguntaron las  palabras. - ¿La fe, o el conocimiento?

El sentir se reveló:

- Nuestra fe puede no tener límites, de igual modo que nuestro conocimiento siempre estará condicionado por la capacidad de observación que seamos capaces de aportar al microscópico campo visual del que estamos dotados.
Sin embargo, es más perdurable en nosotros el conocimiento, el cuál transmitimos a otros expandiéndolo cada vez que lo hacemos.
Mas sin la fe el conocimiento no progresa, pues es aquella la que aporta la fuerza para el nuevo descubrimiento necesario.



- Puedo estar convencido de mi método - continuó el sentir -, seguro de mis cálculos, pero habré de ponerlos en práctica y cruzar el ancho y desconocido espacio que me separa del mundo que seguro descubriré; y sin la fe, el convencimiento necesario ante las dudas que se presentarán, no consumaré la hazaña que el conocimiento me reclama.




- Y es por esto que el conocimiento y la fe están unidos en lo más profundo, y ambos se impulsan y dan sentido.
La fe necesita una aspiración, algo que la motive, y ese algo es la necesidad de conocer lo que percibimos y que no podemos determinar; pero se vuelve acomodaticia cuando ha conseguido su objetivo y si no existe nueva motivación se resquebraja y termina perdiéndose, lo cuál detiene el progreso del conocimiento.




- La falta de fe conduce a la decadencia, y ésta, al caos que permite la concepción de nuevas respuestas que habrá que demostrar a pesar de todos los impedimentos y contratiempos que sobrevendrán, para lo cuál la fe acudirá presta a emprender los retos que deberemos afrontar.

No es bueno separar fe de conocimiento, pues ambas forman parte de la misma ciencia, que no es más que la comprensión de lo que nos rodea y hacia lo que nos encontramos atraídos, lo que nos diferencia como especie pensante.






- Nuestra existencia se contiene en variados planos y dimensiones, de ahí nuestros sentidos diferentes.

Podemos oler una flor y apreciar con nuestro tacto su delicada textura, aunque no podamos verla; y hasta oír el murmullo del suave viento que la mece en nuestra mano, mas sólo el conjunto de nuestros sentidos intactos puede hacernos comprender su belleza.

El conocimiento tiende a la comprensión de nuestras sensaciones, y es alimentado por nuestra fe de que es real lo que sentimos.



El conocimiento no niega, sino que reconoce y confirma lo que realmente percibimos.