- Mas, ¿cuál es el fundamento del amor? - preguntaron las palabras esperando del sentir una respuesta definitiva - ¿ Se encuentra en el deseo de amar y de ser amado? ¿En la compasión y solidaridad que mostramos por quienes no conocemos, y que creemos más desgraciados por no vivir a nuestro lado? ¿O en nuestra lucha por la justa igualdad de todos los seres humanos y la consecución de un mundo mejor?
Y el sentir se reveló:
- El fundamento del amor es el perdón, la piedad por todo aquello que nos rodea y que está en contacto con nosotros.
Nuestro amor será más fuerte y grande, cuanto mayor sea nuestra capacidad de perdonar, de hacer "borrón y cuenta nueva". Y esto vale para todas las ofensas, incluso para aquellas donde no existe "retorno", marcha atrás o "vuelta de hoja".
Mas, el perdón no exime de la penitencia por el daño causado; la ley de los hombres nada tiene que ver con el amor universal que todo comprende, que todo suaviza; hasta el alma de los hombres salvajes, despiadados y abominables, que no merecerían sin él despertar a otra vida.
Pero el perdón aporta siempre una oportunidad última, incluso a aquel que sabe morirá seguro por sus crímenes: la posibilidad de arrepentirse, de desterrar de sí el lado oscuro que le arrastró al abismo para arrebatar otras vidas que no le pertenecían.
Daremos otra oportunidad al amor perdonando. ¿Quien no necesita que le pidan perdón por algo?¿Quién no necesita ser por alguien perdonado?
No podremos avanzar sin desprendernos de nuestras pesadas cargas; sin hacer borrón y cuenta nueva.
Y el sentir se reveló:
- El fundamento del amor es el perdón, la piedad por todo aquello que nos rodea y que está en contacto con nosotros.
Nuestro amor será más fuerte y grande, cuanto mayor sea nuestra capacidad de perdonar, de hacer "borrón y cuenta nueva". Y esto vale para todas las ofensas, incluso para aquellas donde no existe "retorno", marcha atrás o "vuelta de hoja".
Mas, el perdón no exime de la penitencia por el daño causado; la ley de los hombres nada tiene que ver con el amor universal que todo comprende, que todo suaviza; hasta el alma de los hombres salvajes, despiadados y abominables, que no merecerían sin él despertar a otra vida.
Pero el perdón aporta siempre una oportunidad última, incluso a aquel que sabe morirá seguro por sus crímenes: la posibilidad de arrepentirse, de desterrar de sí el lado oscuro que le arrastró al abismo para arrebatar otras vidas que no le pertenecían.
Daremos otra oportunidad al amor perdonando. ¿Quien no necesita que le pidan perdón por algo?¿Quién no necesita ser por alguien perdonado?
No podremos avanzar sin desprendernos de nuestras pesadas cargas; sin hacer borrón y cuenta nueva.