EL PUNTO DE ENCUENTRO.

- Entendía el sabio que aceptar que existen muchos puntos de vista, muchas formas de ver las cosas, es el principio de la sabiduría; la cuál, intrínsecamente reconocía haber buscado para llegar a esa conclusión, gastando una parte de su tiempo para ello.

Podemos tener distintos puntos de vista, mas, siempre que todos miremos un mismo objeto. ¿Entonces, cómo es posible no ponerse de acuerdo, entender y aceptar la verdad completa?

Si reconocemos mirar al mismo punto, ¿cómo es que nuestra visión es tan distinta como para enfrentarnos? ¿No será que no miramos lo mismo? De ser así, no reconoceremos la verdad que a todos interesa y sólo estaremos defendiéndonos de lo que creemos no nos conviene. ¿Pero, estamos seguros de cuál es nuestra conveniencia? ¿No nos conviene lo mismo que al resto de los comunes? ¿Cómo explicar si no se quiere comprender?¿Cómo hallarse en la verdad si no se reconoce, si nuestra mirada se dirige a otro punto, estrictamente personal, no colectivo?

En el calidoscopio de la vida se mira siempre a un punto, ese que a todos llama su atención por su fuerza y su luz; que todo lo envuelve en sombras a su alrededor.