-El concepto de mayorías - dijeron las palabras - rige nuestro comportamiento grupal desde el principio de los tiempos. Es en la mayoría donde intentamos respaldar y legitimar nuestras pretensiones, olvidando que la decisión mayoritaria resulta ser el condicionante más grande de nuestras particularidades, aquellas que intentamos conservar cada vez que cedemos voluntad al consenso mayoritario y por el que nos sentimos defraudados, condicionados por las imposiciones contrarias a nuestros intereses particulares, todo ello hecho posible con nuestra conformidad.
-Todas las sociedades, comunidades o grupos, se han estructurado en relación a un sistema de mayorías capaz de imponer rumbo y ritmo a sus desarrollos - reveló el sentir -. Es cierto que primero surgió el individuo, pero para sobrevivir, el ser humano ha necesitado del grupo. Las mayorías han articulado siempre el tejido social y son objeto de control por parte de minorías empoderadas en cada caso y momento. Obtener el poder de la legitimidad que otorga la mayoría, aunque ésta haya sido condicionada previamente, es el fin primero y último de quienes materializan el poder intentando imponer su paso a los demás.
Las mayorías son peligrosamente inestables y muy propensas a la manipulación cuando son inducidas por pretensiones particulares disfrazadas de interés general.
Y para la manipulación, la discriminación, el aislamiento y la disgregación de todo elemento considerado discordante.
De ahí que los grandes errores de las civilizaciones hayan sido cometidos por grandes mayorías, a veces ciegas, insensibles a las individualidades que las conformaron, que les aportaron carácter propio y les dieron sentido.
Sólo sin interferencias interesadas, sin pre-valencias, se mantiene el respeto por las particularidades y se consigue que la mayoría se consolide con cada decisión, haciendo posible la convivencia armónica de los individuos y el progreso hacia nuevos desafíos sociales.
La mayoría manipulada por intereses de parte fácilmente se conduce al desastre; como rebaño capaz de abalanzarse al vacío al primer impulso.
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