-Dices que dejarás a un lado el camino recorrido hasta ahora para emprender otro nuevo, pues has encontrado a tu alma gemela y con ella la voluntad de ser lo que siempre anhelaste, lo que te negaba la vida caminando de la mano con quien no era como tú, grabando huellas profundas en el pasado que nunca podrás borrar de tu futuro. Y me pides opinión, pues soy tu amigo y reconoces haber aprendido a mi lado.
Nada debería objetar cuando todo aparece meridiano en tu sentimiento. ¿Cómo no interferir en tu voluntad de otro modo? Reconozco en ti al ser inquieto que conocí hace tiempo, en quien no ha cesado la ansiedad por vivir sus sueños. Y aunque, como siempre, intentes convencerme de que esta vez es distinto, para mi no has cambiado, sigues siendo el mismo niño apasionado con cada descubrimiento, con cada puerta abierta que te muestra la vida; curioso, sin temor por experimentar algo nuevo.
Quizás ahora, por primera vez, sientas que el destino depende únicamente de tu libre decisión, sin corrientes que la arrastren, sin convencionalismos que la contengan, y por eso la antepones a todas las decisiones anteriores. No olvides que eras el mismo cuando las tomaste, que era tu felicidad igual, la que buscabas entonces.
Deseo que tu decisión sea justa más que feliz, por comprender la felicidad como algo fugaz y momentáneo.
¿Has probado a detener el reloj, a alejarte del círculo de los acontecimientos que fuerzan tu decisión, para dejar de ser protagonista y verte como espectador de tu vida?
Te deseo la mejor de las suertes. La necesitarás para salir airoso esta vez. Yo, entre tanto, seguiré siendo tu amigo sea cual sea la decisión que tomes. Conservaré con celo todo lo que trajiste contigo y que me entregaste por amor, pues llenó un tiempo insustituible de mi vida. Y aunque sin ti no volverá a ser lo mismo, lo conservaré con cariño en tu memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario