El adiestrador de mandriles.

El adiestrador de mandriles.
Diseño de imagen: Manolo García.

lunes, 29 de noviembre de 2021

EJERCICIO DE LIBERTAD.







-Acostumbro a caminar cara al viento aunque sea molesto, arriesgado a veces por la fuerza de sus rachas, que me zarandean en medio del polvo que levantan intentando cegar mis ojos para negarme el horizonte al que miro. Pero nunca me ha gustado dejarme arrastrar por sus corrientes cambiantes. Y por ello amo el derecho a decidir por mí mismo, a equivocarme, verdadero ejercicio de libertad que realizo como individuo único e irrepetible.










Y aunque mi decisión está asediada también por los condicionantes que impone la realidad cambiante, es fiel a sí misma, firme en los convencimientos que la motivan. Por eso si me equivoco no achaco a otro el error, sino que aprendo de él sumando sabiduría a mi experiencia.
Y si canto al aire mi sentir cual jilguero hambriento desde su rama, sólo lo hago para despejar las dudas que intentan retener mi decisión de elegir sin más influencia que mi propio razonamiento.
No obligo a nadie a seguir mis pasos, y no va conmigo que nadie me imponga los suyos. 











 

domingo, 31 de octubre de 2021

DESESPERANZA.



 

-Mi consciencia despertó sobresaltada de la atmósfera sedante, casi hipnótica, del momento de soledad elegido para sofocar el tedio de la rutina implacable. Igual que en un mal sueño. Entonces descubrí que nunca había estado solo, que no es igual elegir que aceptar. Y en aquel instante crítico sentí la soledad verdadera que conduce al ser humano a la desesperanza, pues el alma confundida cayó de pronto en su vacío desolador y me acercó al final certero desde su fría mirada. Me sentí insignificante en la vida que todo contiene, casi inútil para ella. Mi tiempo de realización se mostró caduco, perteneciente a otra época y fuera de contexto con el porvenir. Todo había cambiado y yo parecía caminar de espaldas al tiempo, que se alejaba cada vez más veloz. Y sentí como se estremecía mi cuerpo para despojarse del sudor frío que produce el temor a dejar de ser, a desaparecer eternamente. Toda mi fe, mi pasión por la vida, se sintió acorralada y disminuida al infinito que conduce a la nada.
Pero sólo fue un instante de debilidad, pues pronto me revelé.  Resignarme significaba comenzar a morir, aceptar la derrota inevitable. Y morir nunca había sido la elección. Pertenecía al tiempo que aún corría a mi lado dejando el destino en mis manos, como él me pertenecía también. Era yo la causa auténtica de su realización. Volvería por ello a ser lo que sentía para dejar señal de mi paso y no desaparecer del todo, para siempre. Nunca más dudaría de la utilidad de mi sentimiento. Mi época no había concluido aún.





lunes, 27 de septiembre de 2021

A LOMOS DEL MIEDO.




 
-Vi a la mentira cabalgar a lomos del miedo y alzarse en razón omnipresente sobre las voluntades. Proclamarse sin cesar por cada rincón, a cada instante, hasta ser admitida por la conciencia colectiva como dogma ineludible al que todas las verdades están supeditadas. Vi al ser individual, ángel caído en el infierno del pensamiento único, batiendo sus alas sin cesar en busca de libertad para su espíritu- afirmaron las palabras.

Y el sentir se reveló:

-La mentira crece entre las dudas y se esconde en lo que no se puede demostrar. El temor a lo desconocido es el vehículo que la inocula en las mentes, y la reiteración permanente la dosis necesaria para permanecer en ellas el tiempo suficiente.
Su génesis es la manipulación, y su objetivo el establecimiento de un control despótico sobre las voluntades.
La mentira se viste de verdades y se adorna con promesas, pero sólo pretende el beneficio interesado, para lo cual, el resto de las cosas y de los seres son medio propiciatorio.
Es contagiosa, y tras la sorpresa inicial conque desarma las conciencias, perdura mientras la mayoria se resiste a reconocer haberse equivocado admitiendo lo increíble, no dando crédito a otras posibilidades.
Y aunque su recorrido es corto, siempre es devastador su efecto.


















 

martes, 31 de agosto de 2021

REDENCIÓN.










-Me esforcé tanto en perdonar, que olvidé que yo también necesitaba ser perdonado. Y ahora mi corazón se resquebraja por el dolor que provoca la incomprensión, el olvido y la indiferencia de quienes amo. Por perder su respeto y admiración, por dejar de representar lo que significaba para ellos.
Nunca como ahora he sentido la culpa de mi corazón tempestuoso, que mirando a otros encontraba disculpa a sus errores y a su soberbia. Ahora, derrumbado como un ídolo con pies de barro, pide redención para su alma.

Y el sentir se reveló:

-Si en verdad buscas perdón, hallarás el camino en el amor que todo suaviza, que todo cura, que todo nutre de vida. Para ello, deberás esforzarte tanto como lo hiciste para perdonar la intransigencia, el resentimiento y la ignominia que sufriste de los demás.
Quizás tu boca no encuentre las palabras necesarias para hacer oír tu súplica, por lo que serán tus acciones en adelante las que hablen por ella. Se paciente en el amor, pues siempre da su fruto. No desesperes porque otros estén tan ciegos como tú estuviste. Entrega a sus corazones la misma comprensión que ahora necesitas para sofocar tu angustia, sin esperar que te lo pidan. Nadie quiere cargar con el peso de la culpa. Vivir sin perdonar no es mejor que hacerlo sin ser perdonado, y ambas cosas dependen sólo de ti.







domingo, 1 de agosto de 2021

REBELDE.






Las palabras se revelaron al sentir:

Fui joven y rebelde, fui voluntad y no razón. Conocí los castigos, los rigores que conlleva la oposición al dogma establecido que dicta la linea a seguir, la forma de estar y de sentir, de actuar en cada momento. Que intenta contener al ser en un estado impropio, incómodo y limitado. Y sufrí por ello, tal vez por ignorar que era la rebeldía mi mayor virtud.
Buscaba entonces sin encontrar razones a mi alma inquieta, y sólo la fuerte determinación de ser sólo aquello que se definía en todo lo que se me negaba, condujo mis pasos.
Persigo ahora la virtud en la resignación pues para ello me sobran razones, pero sufro la contradicción que impide el sosiego que anhela mi viejo corazón, porque perdura en mi alma joven la rebeldía que forjó mi ser para siempre. Aprendí a nadar contracorriente y ahora no se dejarme llevar. Nada ha cambiado después de tanto tiempo, aún busco respuestas a mi inconformismo y mi voluntad es vivir.