Le enseñó su sentir y las palabras hablaron:
- No quisiera ser por ser, sino, por querer ser. Me moriría en el mismo instante de descubrir que mi afán se hubiese resumido en ser, porque para ello habría consumido todas mis ilusiones. Estoy seguro de que no puedo hacerme daño. Todo mi sentimiento es verdadero.
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