Y las palabras preguntaron al sentir sobre el bien y el mal. Y el sentir reveló:
- Lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo; lo correcto y lo incorrecto, lo superior y lo inferior; aquello que nos hace admirables, como lo que nos muestra mezquinos y despreciables, son como los polos del imán: son nosotros mismos. De otro modo no existiríamos.
Lo bueno atrae a lo malo; lo malo a lo bueno igual. Lo positivo atrae a lo negativo; lo negativo a lo positivo atrae. Los hombres admirables atraen a los mezquinos y despreciables, y estos a su vez, también hacen lo mismo con sus contrarios. Sólo el polo positivo repele a su igual, y del mismo modo, el negativo hace lo propio.
- Y de todas las grandezas del hombre, la compasión es la primera. La incomprensión, tal vez, el mayor de sus defectos. Pero ambos sentimientos nacen de su corazón y a otros corazones buscan intentando unirse con el todo: como cada pieza de un puzzle que al acoplarse encuentra su sentido.
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