- Y del trabajo ¿qué?. He oído a muchos decir que empobrece, embrutece y que al final nadie lo agradece.
- Bien cierto es si trabajamos sin ilusión, sólo por obligación. Pero la vida no es contemplativa sino creativa, y todos tenemos un sentido creativo que nos impulsa.
De nuestro trabajo resulta el cansancio necesario para nuestro sueño reparador, y de nuestra actividad surge el reconocimiento propio y ajeno de ser útil, necesario.
-Pero cuando trabajes, colabora y ayuda a otros; no empieces diciendo lo que tú no puedes hacer. Si no sabes cómo, o dudas, pregunta que debes hacer; y si eres capaz de realizarlo, comienza pronto . Si no te gusta el trabajo, ayudar o colaborar con nada, al menos deja que te ayuden a ti. Un grado más alto de responsabilidad en cualquier ámbito de la vida no exime del deber de ayudar, ni tampoco de la necesidad de ayuda. Y cuando un trabajo se realiza entre varios, no debe adjudicarse a uno sólo el resultado. De la buena o mala colaboración en cualquier empresa depende el éxito o el fracaso. Todos somos necesarios, y con nuestra parte posibilitamos la de los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario