El adiestrador de mandriles.

El adiestrador de mandriles.
Diseño de imagen: Manolo García.

martes, 12 de abril de 2011

El adiestrador de mandriles.



- ¿ Deberemos renacer de nuevo de las cenizas de nuestra propia destrucción para inventar el mundo otra vez ? 
- preguntaron las palabras - ¿ Será posible otra solución sin echar abajo lo viejo, para construir algo distinto sobre lo que basar nuestro modo de vida ?


Y el sentir se reveló:

-Siempre intentamos cambiar lo viejo, porque es la huella del tiempo y nos da miedo morir como muere todo a su paso. Pero olvidamos que antes fuimos niños y que seremos viejos que tampoco desearemos morir; en tan alta estima tenemos a la vida que se contiene en nosotros.
Debemos por tanto preservar lo viejo, que antes fue nuevo y nos sirvió, ganándose un espacio en nuestro tiempo y en nuestro corazón para siempre.
Somos hombres, y como tales, intentamos comprender el orden natural sabiendo que a su vez la naturaleza no nos comprende, no es ese su objetivo.
La naturaleza tiene sus reglas, y no precisamente morales; por eso cuanto más se empeña el hombre en imitarla más se aleja de si mismo y se acerca a la autodestrucción.
El hombre ha evolucionado en permanente lucha con el medio natural, de esa constante ha resultado su progreso; cada vez que el hombre se destruye a si mismo retorna a su estado más primitivo, más natural; y no es necesario.


La guerra no es una destrucción natural que sigue su albedrío, es una devastación planificada que devuelve al ser humano a las reglas naturales y se convierte en un paso atrás en su evolución como especie dirigente y creadora.
Sólo la naturaleza es irresponsable de su evolución, no así el hombre.






Saquemos vida del árbol viejo si no podemos plantar uno nuevo, pues bien podado siempre retoña, y aunque sólo nos de sombra, mitigaremos en ella nuestro cansancio y nos refugiaremos del sol que nos devora.  

No hay comentarios: