El adiestrador de mandriles.

El adiestrador de mandriles.
Diseño de imagen: Manolo García.

miércoles, 29 de julio de 2015

INFIERNO Y PARAÍSO.




-Ni siquiera el loco, que no encuentra la calma perseguido por sus fantasmas, ni quien sabe que su final es inevitable, pierden la esperanza de que el día siguiente les sorprenda gratamente. "La esperanza es lo último que se pierde" - dijeron las palabras -. Sólo el suicida se escapa a la máxima abrumado por las dudas de los errores encadenados, los cuales suponen su única certeza.
¿Es nuestro estado de vida el paraíso de la existencia?¿Es, nuestra nostalgia por lo vivido, lo que nos hace angustioso reconocer que sólo estamos de paso?¿Son necesarios tanto dolor y tristeza para despedirnos, antes de cerrar los ojos a la vida que conformamos?

Y el sentir se reveló:

- La vida es un cambio de estado que no cesa, en ello basa su  evolución permanente. La muerte es la constatación de su continuidad, la puerta abierta a otras dimensiones de la existencia.
La nuestra es vida consciente de sus transformaciones, aunque incrédula de sus posibilidades. De ambas cosas derivan todas las sensaciones, todos los sentimientos con sus diferentes latitudes. No nos resultan ajenos el placer y el dolor, de los cuales dependen nuestro estado de animo y nuestra vitalidad.
En la consciencia descubrimos el infierno y el paraíso, y el tiempo es el factor que todo lo hace posible.
Pero todavía no controlamos por entero el dolor que producen en nosotros las trasformaciones de la materia, ni el placer al que conduce la experimentación de la consciencia. Ambos sentimientos marcan en nosotros idéntica huella y nos acompañan hasta el momento último, cuando dejamos de ser lo que somos.
Nada es más vital que la sensación de tener el control de la consciencia y actuar con voluntad propia, lo cual se añora cuando somos conscientes de que la vida se aleja de nosotros y de nada sirve la voluntad, pues sólo va quedando el dolor; aquel que produce el desprendimiento de todo lo que se ha amado, todo por lo que se ha luchado, todo lo conseguido. 
Es el dolor el que nos recuerda que hemos sido lo que deseamos - por un tiempo al menos -, que hemos conocido el paraíso y el infierno de nuestra voluntad. Que también la consciencia muta de estado.




sábado, 25 de julio de 2015

DE MIS NOCHES Y MIS DÍAS.




- ¿Que serían mis horas sin ti? Y las noches y los días, ¿qué serían? ¿Quien sería yo si no permanecieras, si nunca hubieras estado?
No me desprenderé de ti por voluntad, compañera fiel. ¿Qué parte de mí entregaría, si estoy hecho a tu medida; si nada se hacer sin consultarte?
Vives a mi lado cada instante irrepetible para los dos: ¿Quien me conoce mejor?
Esperas paciente que vuelva a tu lado cada vez que me alejo y jamás abandonas aunque no te preste atención; sabes que siempre regresaré, porque no se vivir sin ti demasiado tiempo.
Odie tantas cosas como las que ame, pero a ti no pude odiarte a pesar de las razones.
Abandoné otras sin desearlo porque debía elegir, pero siempre te puse a salvo y te guardé con celo como el mejor equipaje. Deseé compartir contigo todo y tú no te negaste.
Tuyos por entero son mi amor y mi amistad,  ¿cómo no sentirlos grandes a tu lado?
Soledad que sabes de mis alegrías, de mi entrega y mi pasión, y conoces mejor que nadie mi dolor; tú eres el refugio que me protege de la tormenta del desengaño, que se cierne con desaliento y decepción. Moriremos juntos, soledad inseparable, cuando decline el sol de mi vida y se oculte para siempre su luz en el horizonte del tiempo. Y nos disolveremos como algo único, indivisible al fin, en la nada donde moran otros sentires con sus soledades.




martes, 21 de julio de 2015

INSTINTOS, SENTIMIENTOS E INTELIGENCIA.














Y el sentir se reveló:

- Toda la inteligencia del individuo parte de los instintos básicos de supervivencia de su especie, necesarios para prever el resultado de las circunstancias y ponerse a salvo de las consecuencias de la casualidad no calculada. 
El humano se ha revelado como el ser instintivo por antonomasia, superando a otros mejor preparados para su adaptación al medio que les rodea. De una mayor debilidad e indefensión al nacer brotó su instinto de protección, superior a cualquier otro; y de la estrecha complicidad de la convivencia necesaria, su carácter social.
Mas, lo que ha convertido al ser humano en un ser de inteligencia superior al resto, ha sido su capacidad para transformar instintos en sentimientos sutiles con los que experimentar nuevas posibilidades, sin estar sujeto a la tiranía de las normas básicas naturales e ir más allá de ellas.
Los sentimientos, por tanto, son extensiones, prolongaciones de instintos primarios que se diversifican para dar respuestas concretas en la complejidad de las situaciones que el ser humano afronta con el propósito de conseguir espacios donde desarrollarse, pues es un ser mutante y nómada. Los sentimientos son instintos domesticados.

Muchos humanos, confundidos por su incapacidad para definir sentimientos y manejarlos beneficiosamente, no dominan sus instintos, lo cual confiere a su género el rasgo más salvaje de la creación, pues para sobrevivir son capaces de extinguir lo que les nutre y soporta.


Saber distinguir entre la diversidad de sentimientos surgidos de los instintos naturales ha hecho del humano un ser inteligente, en constante evolución positiva con lo que le rodea. La ciega respuesta afirmativa a los impulsos de sus instintos lo ha llevado, las más de las veces, a una verdadera hecatombe de auto-destrucción.
Sólo el conocimiento y distinción de los sentimientos conduce al control positivo de los instintos, en principio necesarios siempre, pues son el punto de partida de la inteligencia.









   
  

lunes, 13 de julio de 2015

VOLUNTAD PARA SER.




El sentir se reveló:

-El ser es voluntad; sin voluntad languidece y se extingue como la llama de una vela que ha consumido su cera.
La voluntad es fuerza vital del ser que nace para cumplir un destino predeterminado y necesario para la prolongación de la vida, y que sólo el desconocimiento de los valores propios desvía de su objetivo.
Pero nada significa conocerse si no se tiene voluntad de ser aquello para lo que se está predispuesto, y que es positivo para coexistir en armonía con el todo que nos contiene.
La vida es reto de transformación permanente que asegura su continuidad. Nada cambia a favor si a su vez el ser no se transforma para adaptarse. En sí mismo, todo reto significa dificultad, obstáculo y contrariedad, que sólo la voluntad de ser, contra todo sacrificio y dolor, supera para realizarse.






martes, 7 de julio de 2015

SIN FRONTERAS.





- Desde el principio de su tiempo, el ser humano se ha visto empujado a rebasar fronteras de naturaleza salvaje para sobrevivir en otros espacios. Se ha adaptado a las condiciones mejor que cualquiera gracias a su voluntad infinita de superación, doblegando a la naturaleza con su fuerza transformadora. Mas, allí donde ha llegado un hombre tras superar las barreras más grandes - dijeron las palabras -, otro ha colocado una frontera artificial que antes no existía, para impedir a otros hombres el paso. ¿Es el humano frontera de sí mismo? ¿Cómo podría superarse?

Y el sentir se reveló:

- El sentido de posesión humano es quien levanta barreras, defiende fronteras inexistentes creyendo poseer lo que a nadie pertenece, y que perdura en el tiempo cuando la individualidad ha desaparecido y el ser sólo es polvo disuelto en el viento.
El hombre ignora que nada se conquista, que todo espera la voluntad para ser tomado y transformarse. Que no se puede poseer lo inabarcable. Que todos los seres y las cosas se pertenecen, y que el triunfo de su voluntad es la conquista de sí mismo, nada más.
Y en el olvido de estos principios encuentra la vanidad, la cual nutre con posesiones que está obligado a defender.
Entonces todos los de su genero son enemigos, susceptibles de lograr lo mismo que él y que no está dispuesto a compartir.
Y no sólo levanta murallas y alambradas de espinos infranqueables, también una barrera de normas para someter a quien consigue pasar. Normas de comportamiento, de pensamiento, de credo; que entran en conflicto con otras formas de vivir, de ser, de pensar. Normas para protegerse de quien, tal vez, llega buscando protección.

El ser humano nunca dejará de descubrir cosas y espacios nuevos que transformar y donde transformarse, y en la misma medida deberá esforzarse por conquistar la generosidad que en él existe y sin la cual es incapaz de compartir.
La generosidad es la puerta de todas las fronteras. Sin generosidad, un día toda muralla será derribada.