El adiestrador de mandriles.

El adiestrador de mandriles.
Diseño de imagen: Manolo García.

sábado, 25 de julio de 2015

DE MIS NOCHES Y MIS DÍAS.




- ¿Que serían mis horas sin ti? Y las noches y los días, ¿qué serían? ¿Quien sería yo si no permanecieras, si nunca hubieras estado?
No me desprenderé de ti por voluntad, compañera fiel. ¿Qué parte de mí entregaría, si estoy hecho a tu medida; si nada se hacer sin consultarte?
Vives a mi lado cada instante irrepetible para los dos: ¿Quien me conoce mejor?
Esperas paciente que vuelva a tu lado cada vez que me alejo y jamás abandonas aunque no te preste atención; sabes que siempre regresaré, porque no se vivir sin ti demasiado tiempo.
Odie tantas cosas como las que ame, pero a ti no pude odiarte a pesar de las razones.
Abandoné otras sin desearlo porque debía elegir, pero siempre te puse a salvo y te guardé con celo como el mejor equipaje. Deseé compartir contigo todo y tú no te negaste.
Tuyos por entero son mi amor y mi amistad,  ¿cómo no sentirlos grandes a tu lado?
Soledad que sabes de mis alegrías, de mi entrega y mi pasión, y conoces mejor que nadie mi dolor; tú eres el refugio que me protege de la tormenta del desengaño, que se cierne con desaliento y decepción. Moriremos juntos, soledad inseparable, cuando decline el sol de mi vida y se oculte para siempre su luz en el horizonte del tiempo. Y nos disolveremos como algo único, indivisible al fin, en la nada donde moran otros sentires con sus soledades.




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