-Estalló en mis manos rompiéndose en multitud de pedazos. Traté de recomponerlo uniendo y pegando cada una de sus partes, pero se notaba demasiado, ya no parecía el mismo cacharro.
Trituré entonces el barro hasta convertirlo en polvo finísimo, suficiente para soplar sobre él y esparcirlo al aire. Después le añadí agua para que se uniera en una masa que pudieran manejar mis manos, y fabriqué un nuevo cacharro; aunque era el mismo barro.
Y las palabras terminaron de trasmitir el sentir, que aún se contenía: "Unirse es disolverse. Disolverse es unirse".
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